
Hoy en día, muchas organizaciones tienen la urgencia de adoptar Agilidad.
Los mercados que cambian rápidamente aumentan el riesgo de perder oportunidades, lo que revela que las organizaciones suelen ser demasiado lentas.
La velocidad de innovación requerida también ejerce una presión continua sobre la calidad del producto y la capacidad de ofrecer algo valioso.
Por lo tanto, no es de extrañar que Agile se haya convertido en algo habitual, 20 años después de que se lanzara él Manifiesto Ágil.
Es una sorpresa que la mayoría de estas implementaciones ágiles convencionales aún no estén maduras.
- Las personas y los equipos en el centro.
- Propósito compartido.
- Anclar los valores individuales a los valores organizativos.
- Colaboración basada en la equidad, implicación, actitud y diversidad.
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